Ojo en el Cielo (Philip K. Dick 1957)

Portada de la Edición de Orbis para su Blblioteca de Ciencia Ficción

No es que tenga intención de hacer un especial de novelas de Philip K. Dick, pero es que últimamente no hago más que leer libros de este autor. Sobra ya decir que es uno de mis escritores favoritos. Me apasiona todo lo que ha escrito. Esta novela me la prestó un compañero de trabajo (gracias Andrés), y la verdad es que me ha gustado mucho. No es de lo mejor que ha escrito Dick, pero tiene los suficientes ingredientes para gustar a cualquier aficionado a su obra, o bien para encandilar a cualquier profano que quiera abordar un ejemplar de la bibliografía de PKD.

De nuevo en este libro Dick escribe sobre personas, que por alguna circunstancia, su vida da un vuelco y se las tienen que ver con una serie de dificultades, a cual más surrealista, para así regresar a su estado anterior. En este caso un grupo de personas, entre ellos Hamilton, el protagonista, asisten a la exposición de un artilugio científico llamado Bevatrón, un desviador de rayos protónicos, y accidentalmente el artilugio se pone en marcha y rocia con una descarga de rayos a todos los visitantes que estaban contemplando el Bevatrón. La plataforma donde se encontraban se desintegra, cayendo todos varios metros en el vacio, hasta el foso donde se encuentra este lanzador de rayos protónicos.

A continuación, todos los visitantes quedan en un extraño estado de semi inconsciencia, que les conduce a una surrealista realidad onírica compartida.  Primeramente, todos se ven arrastrados a una realidad donde la religión es plausible, hasta el punto de que el Dios Nabí de esa realidad, concede milagros instantáneos a sus feligreses, o pequeños castigos cuando así lo ve conveniente. Esto lleva a una serie de situaciones de lo más hilarantes (la de la máquina de chocolatinas es la mejor) y en otras bastante terroríficas. Esto no hace más que evidenciar un poco, al menos bajo mi opinión, lo absurdo de los cultos y las religiones en el mundo en que vivimos. En realidad se trata del mundo interior de uno de los visitantes semi inconscientes que se hallan tendidos en el suelo del Bevatrón.

Después se ven todos arrastrados hacia otras realidades de los demás accidentados, como otra en la que están al capricho de una señora muy glotona y caprichosa, que transforma su realidad a su antojo hasta el punto de erradicar el sexo en el mundo simplemente por que le desagrada. O por ejemplo, otra de las realidades terroríficas a las que se ven inmersos, es en la que los objetos cobran vida, y una casa trata de engullirles a todos. Y por último, una en la que las clases comunistas se enfrentan contra los capitalistas en una guerra sin cuartel de la que escapan por los pelos.

Todo esto ocurre en realidad en escasos segundos, mientras los cuerpos llacen en el suelo después del accidente mencionado antes. Los protagonistas lo único que tratan es de escapar de ese extraño estado onírico y despertar de una vez.

Dick con esta extraña y a la vez fascinante novela, trata de exponer nuestra moderna sociedad en tela de juicio. Através de situaciones surrealistas, ridiculiza y cuestiona muchos puntos de nuestro modo de vida, como es la religión y la política. Para mí ha sido una novela fascinante, intensa y muy entretenida, que se lee rápido pues no es muy extensa y que deja un regusto final agradable, gracias a esos finales tan "Dickianos" en el que la perplejidad y la confusión se dan de la mano ¿Finalmente consiguen Hamilton y el resto del grupo escapar de esa realidad paralela de pesadilla creada por ellos mismos? Leed la novela y cuando la acabéis, volveréis a preguntaros lo mismo.