lunes, 21 de enero de 2013

Holy Motors (Leos Carax 2012)

Mucha gente se pregunta si el cine es arte o es entretenimiento ¿Tiene que ser una cosa o la otra?¿Por qué no las dos cosas juntas? El arte se hizo para entretener a los demás contemplándolo. El cine es una arte que entretiene con su visión. Las películas son como cuadros, en los que el director pinta en un lienzo con forma de pantalla y utiliza unos pinceles con forma de celuloide. Holy Motors es como uno de esos cuadros en los que uno se para a contemplarlo tratando de dilucidar qué es lo que el director nos ha tratado de transmitir.



Ésta es una película, que como ya me pasó al ver otras también francesas como El Año Pasado en Marienbad o La Jetée, uno termina viéndola dejándole más preguntas que respuestas. ¡Pero qué película tan curiosa y única oigan!

El señor Oscar ( Denis Lavant) es un tipo que trabaja llevando múltiples vidas. Se monta en una larguísima limusina y la mujer chófer le lleva a diferentes eventos en los cuales Oscar se caracteriza con maquillajes, pelucas, o lo que haga falta para interpretar un trocito de vida. Una anciana indigente, un vagabundo come-flores, un especialista en captura de movimientos, un padre responsable que va en busca de su hija a la salida de una fiesta, un ganster implacable...El interior de la limusina está repleto de todo tipo de artilugios y utensilios para llevar a cabo su transformación, según requiera el evento que toque.



Tratar de entender o desentrañar las intenciones del director Léos Carax con este filme es un ejercicio arduo. Yo tengo mi propia interpretación; y es que creo que Carax quiere dar a entender que la vida misma es puro teatro, y que todos desempeñamos un papel en ella, o más bien diría que varios, y todos ellos en un solo día. La vida es como una película que pasa delante de nuestras narices y nosotros somos los protagonistas. Todo esto va cobrando sentido hacia el último tercio del film. Y qué decir del final; a mí me dejó absolutamente perplejo.



Me gustaría destacar la interpretación de Denis Lavant, me ha parecido enorme. Su capacidad de tranformación en cada uno de los eventos es increíble. Y no sólo por el maquillaje, que  hace que cambie totalmente su cara, sino porque gestualmente, en su forma de caminar o de moverse, hace que parezca una persona diferente cada vez. Como dato curioso, decir que en la película participa Kilie Minogue y Eva Mendes, en unas interpretaciones no menos curiosas ¡Como toda la peli!

Algunas críticas la ponen por las nubes, otras la tachan de mediocridad. Vedla y sacad vuestras propias conclusiones.

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