martes, 26 de marzo de 2013

Soldier of Fortune (1988 Firebird / Graftgold) Spectrum 48K

Hay juegos, que aunque pasaron de puntillas, para mi son auténticos clásicos del Spectrum. Si no tuvieron más repercusión en revistas de la época, quizá fue porque salieron en una fecha tardía en la vida del Speccy, y los títulos de clásicos absolutos estaban ya otorgados a otros juegos que marcaron una época e innovaron en algo. Quedaba poco por decir ya en 1988, pero Soldier of Fortune tenía aún mucho que mostrar de lo que se podía hacer con 48K.


Y es que, a pesar de no exponer nada que no se hubiese visto ya, Soldier of Fortune lo que hacía, lo hacía muy bien, es decir, divertir. Porque quizá la cualidad más destacada de este programa sea su jugabilidad, algo que muy pocos juegos del catálogo de Spectrum conseguían del todo. Programado por David O´connor para Graftgold, compañía de Steve Turner, Soldier of Fortune es un juego que bebe de muchas fuentes. Si jugáis veréis que os recordará a Ghosts´n Goblins, Castlevania o Blacktiger.



Se podría catalogar dentro del género arcade de plataformas, y en él encarnamos a un aventurero llamado Sarnak, que debe restablecer el poder del la fuente del Zodiaco porque ha sido destruida por el malvado mago Krillis, y esta se encuentra esparcida por cuatro mundos en forma de los cuatro elementos: Tierra, fuego, agua y viento. Por culpa de esta liberación de fuerzas oscuras, las ciudades se han plagado de extrañas y mortíferas criaturas.

Por lo tanto, debemos recorrer cada uno de los cuatro mundos, y mientras matamos los monstruos que nos encontremos, debemos recoger seis tablillas que compondrán uno de los elementos, y esto nos dará acceso a la cámara del guardián que destruyéndolo nos dará acceso al siguiente mundo. Podremos adquirir diferentes tipos de armas, cada una de ellas con diferentes niveles de poder. Si recogemos unas gemas que encontraremos por el camino, al juntar ocho, ganaremos una vida extra.



También nos encontraremos a unos esqueletos, que al tocarlos, nos desvelaran pistas sobre el juego. Y cuidado, hay trampas por todos los lados. No os fiéis ni del suelo ni de las paredes. El terreno se puede desmoronar a nuestro paso, y algunas paredes se pueden destruir desvelando cámaras secretas. También existen unos teletransportadores que nos llevaran a zonas nuevas.



Soldier of Fortune, a pesar de haber sido un juegazo para mucha gente, tuvo unas críticas muy dispares en la prensa especializada. Las revistas inglesas como Crash  (70%) o Sinclair User (68%) no le otorgaron una puntuación alta;  solo Your Sinclair supo valorarlo (9/10). Microhobby, si que valoró el juego tal como se pudo leer en el número 184 de la revista, consiguiendo unas puntuaciones bastante decentes.

Para mi, este juego fue muy especial, porque, aunque era bastante difícil, te permitía progresar poco a poco memorizando los niveles. Al jugarlo, sentía las mismas sensaciones que con algunas recreativas de aquellos años, salvando las distancias por supuesto. Pero bajo mi opinión, Soldier of Fortune, consiguió ese equilibrio entre dificultad y jugabilidad que hacía que te picases hasta conseguir acabarlo. Porque, amigos, este era uno de esos juegos que se podían terminar sin pokes, y yo no paré hasta conseguirlo.


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