Se podría catalogar dentro del género arcade de plataformas, y en él encarnamos a un aventurero llamado Sarnak, que debe restablecer el poder del la fuente del Zodiaco porque ha sido destruida por el malvado mago Krillis, y esta se encuentra esparcida por cuatro mundos en forma de los cuatro elementos: Tierra, fuego, agua y viento. Por culpa de esta liberación de fuerzas oscuras, las ciudades se han plagado de extrañas y mortíferas criaturas.
Por lo tanto, debemos recorrer cada uno de los cuatro mundos, y mientras matamos los monstruos que nos encontremos, debemos recoger seis tablillas que compondrán uno de los elementos, y esto nos dará acceso a la cámara del guardián que destruyéndolo nos dará acceso al siguiente mundo. Podremos adquirir diferentes tipos de armas, cada una de ellas con diferentes niveles de poder. Si recogemos unas gemas que encontraremos por el camino, al juntar ocho, ganaremos una vida extra.
También nos encontraremos a unos esqueletos, que al tocarlos, nos desvelaran pistas sobre el juego. Y cuidado, hay trampas por todos los lados. No os fiéis ni del suelo ni de las paredes. El terreno se puede desmoronar a nuestro paso, y algunas paredes se pueden destruir desvelando cámaras secretas. También existen unos teletransportadores que nos llevaran a zonas nuevas.
Soldier of Fortune, a pesar de haber sido un juegazo para mucha gente, tuvo unas críticas muy dispares en la prensa especializada. Las revistas inglesas como Crash (70%) o Sinclair User (68%) no le otorgaron una puntuación alta; solo Your Sinclair supo valorarlo (9/10). Microhobby, si que valoró el juego tal como se pudo leer en el número 184 de la revista, consiguiendo unas puntuaciones bastante decentes.
Para mi, este juego fue muy especial, porque, aunque era bastante difícil, te permitía progresar poco a poco memorizando los niveles. Al jugarlo, sentía las mismas sensaciones que con algunas recreativas de aquellos años, salvando las distancias por supuesto. Pero bajo mi opinión, Soldier of Fortune, consiguió ese equilibrio entre dificultad y jugabilidad que hacía que te picases hasta conseguir acabarlo. Porque, amigos, este era uno de esos juegos que se podían terminar sin pokes, y yo no paré hasta conseguirlo.
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